Lo que parecía ser una noche romántica en un concierto de Coldplay terminó convirtiéndose en un escándalo viral para dos altos ejecutivos de la empresa tecnológica Astronomer, luego de ser captados abrazados en una pantalla gigante durante la dinámica del espectáculo, lo que desató una ola de especulaciones sobre una supuesta infidelidad.

Los protagonistas del video, que ha circulado ampliamente en redes sociales, fueron identificados como Andy Byron, CEO de Astronomer, y Kristin Cabot, directora de Recursos Humanos de la misma compañía. Ambos aparecen abrazados de manera romántica, pero su actitud cambió abruptamente cuando se vieron en las pantallas del estadio: se separaron visiblemente incómodos, lo que encendió las sospechas de que su relación podría ser más que profesional.

La situación se tornó aún más polémica cuando internautas investigaron sus perfiles en redes sociales y descubrieron que ambos están casados, pero no entre ellos. Según publicaciones en redes, Byron estaría casado con Megan Kerrigan Byron, con quien tiene dos hijos. En tanto, Cabot también estaría casada, aunque no se han revelado más detalles sobre su pareja.

En medio de la controversia, usuarios detectaron que Megan Kerrigan habría retirado el apellido “Byron” de su nombre en Facebook y restringido el acceso a su perfil tras recibir una gran cantidad de mensajes tras el video viral.


Hasta el momento, ni Byron ni Cabot han emitido declaraciones oficiales sobre lo ocurrido. Sin embargo, en sus perfiles de LinkedIn se han acumulado numerosos comentarios haciendo referencia al escándalo, muchos de ellos cuestionando su ética profesional y sugiriendo incluso la posibilidad de consecuencias laborales.

Astronomer, la empresa que dirigen, se especializa en software de análisis de datos e inteligencia artificial, y tiene su sede en Nueva York. La firma no ha publicado ninguna postura institucional sobre la polémica.

Este caso ha desatado un debate en redes sobre la exposición pública, los límites entre lo personal y lo profesional, y el impacto de las redes sociales en la vida privada de los ejecutivos de alto perfil.